Según el anuncio la playa está a 10-15 minutos andando. Tras pagar por el alojamiento pongo en “google maps” la distancia que hay andando desde la ubicación exacta hasta la cala más cercana (cala llena de algas en la que como te metas algo más que los pies te conviertes en parte de la fauna marina), resulta que aparece que son 35 minutos andando “oh vaya, qué raro, voy a escribir a la propietaria, se tratará de un error”. La escribo y me dice “no voy a hacerte ningún reembolso porque lo diga una aplicación “. Y bueno, vale, entendible, teniendo en cuenta que casi nunca se confunde. Mi respuesta fue “No se preocupe, ya lo comprobaré personalmente”, a lo que me responde “Yo si tardo 15 minutos andando, depende del ritmo de cada persona” (a no ser que tengas ruedas en los pies es imposible tardar menos de 30 minutos) A pesar de ello decidimos alojarnos en el apartamento porque no nos quería reembolsar el dinero ni siquiera parcialmente. Llegamos a Punta prima, a la dirección que nos envió. Dirección fatal indicada porque se entra por la calle de atrás. Nos facilitó un teléfono al que llamar ante cualquier duda. Estuvimos llamando 30 minutos, nadie contestaba. A todo esto hay que sumarle el calor que hace en esas calles sin ningún árbol. Cuando me cogió la llamada, fue una mujer inglesa a la que yo no entendía casi nada. Estuvimos 2 horas de reloj hasta que un hombre de la zona nos ayudó Casa llena de hormigas y sábanas con olor a varón Dandy. Aire acondicionado funciona mal