La finca ya tenía buena pinta con las fotos, pero es de esas veces que no le hacen justicia puesto que es mucho mejor en la realidad. No le falta detalle, hasta las mesas están colocadas estratégicamente para cada momento del día. Muy bien cuidado, muy limpio y los dueños estupendos. Te dejan coger fruta madura de los árboles, los niños han disfrutado cogiendo fresas, uvas... Y con el parquecito infantil. No han salido de la piscina y hemos aprovechado al máximo la barbacoa. Hay mucha tranquilidad y el pueblo está a 2 mins en coche. No hemos tenido ninguna pega, ha sido como estar en casa, y desde luego que vamos a repetir.
Muchas gracias a Juan, Paqui y Guillermo!