Me hospedé recientemente y la experiencia fue muy buena. La ubicación es inmejorable: playa limpia, agua cristalina, sin sargazo y muy cerca de la zona de antros, bares y restaurantes.
Las instalaciones son decentes. Las albercas están muy bien cuidadas y la zona de camastros es cómoda, pero el hotel en general luce algo antiguo. Las habitaciones estaban limpias y tenían aire acondicionado, aunque en las áreas comunes no hay, lo cual puede ser incómodo en horas calurosas.
El servicio fue excelente, todo el personal fue amable, servicial y siempre al pendiente. En especial Rosamaría, la concierge, quien nos atendió con un trato impecable y cálido durante toda la estancia. Se nota que les importa el bienestar del huésped.
La comida del buffet fue regular, con opciones algo repetitivas, pero los restaurantes de especialidad sí mejoran mucho la calidad. Lo negativo fue el sistema de reservaciones: habíamos apartado una cena en el restaurante italiano, pero nunca nos informaron que estaría cerrado ese día, lo que nos obligó a repetir cena en el mismo lugar y llegar sin reservación, lo cual es incómodo.
El ambiente es relajado, cómodo y seguro, ideal tanto para parejas como para familias. Entre semana se disfruta más, aunque el fin de semana hay más gente.
En general, una buena opción con excelente atención, gran ubicación y un ambiente muy relajado. Con algunos ajustes en su logística y mantenimiento, podría ser fácilmente una experiencia redonda. ¡Gracias por recibirnos!