Es un alojamiento muy recomendable.
La llegada engaña porque está situado en una quinta planta de un edificio bastante antiguo y un poco destartalado. Sin embargo las habitaciones están completamente reformadas y nuevas. Tienen un montón de detalles (agua, te, café...) y son muy agradables. Como última curiosidad, el ascensor funciona con monedas de 10ctm (la primera vez que lo veo), pero te dejan alguna moneda (ultimamente yo nunca tengo dinero en efectivo).
Por otro lado, está muy bien situado, en un extremo del casco histórico.
Como decía al principio, lo recomiendo.