Mi experiencia en Hotel Panza Verde fue simplemente inolvidable. Desde el momento en que cruzas su elegante entrada, sabes que estás en un hotel boutique de ensueño.
Las habitaciones son espaciosas, hermosas y con un toque romántico que hace que cada detalle cuente. La arquitectura y decoración colonial, combinadas con el confort moderno, crean una atmósfera única para descansar y desconectarse.
El restaurante es otro nivel: la comida es exquisita, con una propuesta gastronómica que deleita los sentidos en cada plato. Además, cuentan con un speakeasy bar oculto en una cueva, que añade un aire de misterio y sofisticación a las noches en el hotel.
El desayuno incluido fue uno de los mejores que he probado, con ingredientes frescos y preparados al momento. La terraza con vista al majestuoso Volcán de Agua es simplemente mágica, especialmente al amanecer o atardecer.
La ubicación es perfecta: en el corazón de Antigua Guatemala, cerca de todo pero lo suficientemente apartada para garantizar tranquilidad.
Sin lugar a dudas, Panza Verde no es solo un lugar para hospedarse, es una experiencia completa. Ideal para parejas, escapadas románticas o quienes buscan vivir el encanto auténtico de Antigua con lujo y estilo.