Cumple con lo que esperas de un Parador: bien situado, confortable y en un edificio singular, aunque necesita una renovación. La habitación era amplia, silenciosa y con camas cómodas. El bar me decepcionó, un viernes a la 22:30 h, habías de tocar un timbre para que acudiera alguien a la barra y que además no tenía ni idea de como servir una copa.