Recepción horrible, peor hotel en que me quede hospedada en São Paulo. Parece que la recepcionista estaba haciendo un favor para hacer el check in. Funcionarios atienden mal.
Cuartos con ruido, desperté con una reforma en otro cuarto a las 18:30 horas!, además de una gotera en la ducha que no paro.
El gimnasio es una burla, el único equipo para hacer ejercicios está sin manutención. No es gimnasio, es solo una sala oscura con 2 trotadoras.
Tuve q pagar una taxa a más porque mi hijo de 15 años es considerado adulto ( siendo que el site de hotels consideran niño hasta 17 años) Además cobraron estacionamento. Primera y última vez en este hotel.
Las únicos funcionarios atentos y gentiles fueron los manobristas!!! Felicitaciones por la educación al manobrista del día 4/12 en la mañana.