El alojamiento es pequeño, pero muy funcional. Al ser verano hemos aprovechado fundamentalmente el exterior, que es una gozada. La zona de la piscina es muy amplia y cómoda, con una mesa perfecta para hacer todas las comidas, incluso en horas de sol, ya que tiene toldo. Las vistas son espectaculares.
Al ser cuatro hemos necesitado de camas supletorias, que no son lo más cómodo, pero los niños han descansado bien. El aire acondicionado, el agua caliente, la cocina...todo funciona a la perfección. Resaltar que todo estaba inmaculado, limpísimo.
La casita está en una zona en la que sí o sí hace falta coche, a no ser que se quiera estar sin moverse, ya que la zona es bastante inaccesible. La playa está a unos 15-20 minutos.
Los propietarios encantadores, han resuelto los pequeños problemas que han podido surgir rápido y eficientemente. Están para lo que se les necesite, y al mismo tiempo dan toda la privacidad del mundo.
En resumen, una estancia muy agradable en una zona preciosa.