Hotel con muchísimo encanto, recién construido. Personal super amable (especialmente encantador el camarero, Shariful). Disfrutamos muchísimo la comidas del cocinero Kasun. Incluso te llevaban la comida la playa.
Con una bikini beach a 50 metros con muy poca gente y color de agua increíble, con posibilidad de hacer snorkel. Tumbonas y sombrillas incluidas.
Anocheceres increíbles. Sin duda, una isla con muchísimo encanto y perfecta para el relax.
Las habitaciones acogedoras aunque un poco pequeñas.
Calidad/precio excepcional.